Aun no la logro comprender…
La he visto muchas veces,
la he escuchado sonreír…
He lavado su cuerpo,
he secado su alma,
he sentido su mirar…
Que extraña es la muerte…
Aun no la puedo detener…
He percibido su perfume,
su frenético estremecer…
Que extraña es la muerte…
Aun no la llego a conocer…
La he rosado calida y tenue,
siempre agazapada,
Como esperando algún perdón…
Que extraña es la muerte…
Aun hoy le pido a dios…
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