Repudio mi misma huella,
esa, parecida a la de quien me creo,
me dio vida y me dejo;
Enluto tintes de mi ser,
y hoy no los desato, no los coloreo…
Maldita la ira que me apega aun
hoy la tengo pegadita, y no me ayuda,
me desvanece, me descarna…
Pliego sobre mis sueños
la necesidad de su compañía,
y ahí lo desgarrador…
Y ese sabor eterno de amargura…
Encinto formas sobre mi alma,
la armo, la rearmo mil veces
y como puedo; Mas no puedo…
Sollozo con llantos en tinieblas
que caen sobre la dulce estirpe
de esa sangre que me congela,
me quebranta, me quema…
Me persigue esa agonía intensa,
y aunque huya de ese tormento
no me queda mas que caminar
sobre esa, su huella,
y sobre esta, mi huella…
2 comentarios:
Ay!
Se podrá mejorar...
seguro que si, siempre hay tiempo Martin...
Besos.
...estas triste....
un abrazo
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