Como era de costumbre, caminaba por la ciudad,
y con su pecho siempre erguido
vendía vida mezclando sueños con dignidad…
Ese día, y por aquella vereda vio un sillón,
viejo, herrumbrado, roto, destruido;
Se permitió soñar una vez mas,
Imagino un sillón distinto..;
Lo tomo para si, y al día siguiente le echo mano,
asta quizás hacerlo sentir algo mas que un sillón…
Se permitió soñar una vez mas,
supo a quien podérselo regalar…
Lo lijo hasta que el herrumbre ya no se vio;
Compro pincel, lo pinto y le dio luz;
Lo envolvió en cintas azules y blancas,
las ciño una a una como abrazándolo…
Fue preciso, intenso, dedicado,
y asta que no lo vio renacer
no dejo de soñar… Era mas que un sillón…
Con sus propias manos y con la mirada firme
lo ofrendo con el calor de su amistad…
Seguro de si mismo, algún otro día,
se lo vio caminar de nuevo por la ciudad;
Quien sabe que sueño le echara mano al andar…
2 comentarios:
Que preciosidad!
Me hizo soñar...
Me pude imaginar el sillón.
Abrazo inmenso amigo.
Ya me voy a una clase de tango!
martin..hermoso realmente...El Sillon...felicitaciones!!!
...y es asi como lo esccribiste..que linda la magia que pones al plasmar la realidad de la vida..un abrazo!
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