jueves, 12 de agosto de 2010

CORAZON DE ABUELA...

Desde su sillón de diálisis comenzó a narrarme anécdotas

con mucha emoción… Todas giraban en torno a un niño

de apenas tres años, su nieto.

La maquina extraía una y otra vez la sangre de su cuerpo;

Quizás esa tarde la sentía gris como tantas otras que la

obligaba a recibir ese tratamiento tan rutinario; Pero ese

día necesitaba contar sus historias, esas que le daban el

verdadero motivo de vivir…

_Contó: que un día le regalo, según el, una torta enorme,

en la que mezclo en un bool. fideos, yerba, aceite, y que

le iba a salir bien rica…. O como aquella que se metió

al baño sin que ella lo viera, y se lleno de talco de pies

a cabeza, y salio soplando fuerte como si fueran increíbles

nubes blancas…

Su voz se llenaba de emoción con cada palabra, y sus ojos

felices parecían verlo en cada travesura…

Al contar esas historias, su tarde se lleno de vida otra vez,

sus fuerzas, sus ganas se renovaron otra vez… Y una vez

mas elegía seguir viviendo; Ambos se necesitaban para

seguir viviendo…

… Es que los niños son todo alas, y a ella seguramente

le daba el regocijo suficiente para continuar con ese

sacerdocio irrenunciable de continuar apegada a la vida….

5 comentarios:

Cecy dijo...

Precioso relato Martín.
Es que los niños nos muestran lecciones de vida a cada paso.


Un abrazo Amigo!

concaradenada dijo...

muy bueno... la verdad que sorprendente de lo que se puede aprender de los niños.
un abrazo y suerte

duenda_descalza dijo...

Adoro esa capacidad de nuestra mente, de revivir aquellos momentos que amamos... y que cada vez que los recordamos nos estremece el alma.

Alicia Abatilli dijo...

Los recuerdos son abrazos que no nos abandonan jamás.
Excelente relato, Martín.
Un abrazo.
Alicia

Narci M. Ventanas dijo...

Es que a veces, el único hilo que nos amarra a la vida son precisamente los recuerdos gratos de los vivido.

Preciosa historia, Martín. Gracias por compartirla.

Besos
Narci