Como honrar la vida sin dejar de emocionarme
y sentir que se me eriza la piel, si con solo
recordarte hago historia, parte de tu historia,
parte de mi historia…
Simplemente Maria… Enredada entre madejas
de suaves hilos y finas agujas que solo cesaban
cuando la magia de sus tejidos se podía admirar…
Seguramente fuiste joven, muy joven, pero en
mi mente susurra el recuerdo de esa mujer bella,
de cabellos algo deslucidos por el tiempo,
anteojos de marcos oscuros, baton, y siempre
preparada entre las manos una caricia, esas
caricias inolvidables que solo las abuelas
saben dar… Esas que te llenan el alma.
Un caramelo, una charla, una sonrisa, un gesto
de amor, ese es el recuerdo que llevo en mi alma,
estampada como una flor en el ojal de mi mejor
prenda, impregnada con su suave aroma…
En mi sangre corre la fuerza de tu legado: saber
brindar amor disfrutando de los momentos
simples de la vida…
6 comentarios:
Increíblemente bello.
Cuando habla el corazón desata una fuerza arrolladora que llega todos los demas.
Un bonito homenaje a una singular mujer.
Besines alados.
Como siempre Martín, tus poesías son más que eso, son homenajes a la vida, hoy a María, te agradezco infinitamente que lo compartas, que podamos saber que en el mundo todavía existen Marías, que nos hacen sentir amados y protegidos..
Que hermoso homenaje!
Me llego al alma...me encanto cada frase,
un beso,
De Simplemente... nada de nada...
Se nota que tú también eres un buen nieto...
Un abrazo
Hermosas palabras, tienes una gran esencia en tu manera de expresarte con el maravilloso arte de escribir.
Saludos!.
Ser abuela es como ser madre dos veces...que privilegio poder dar tanto con el apoyo incondicional de un amor sin complicaciones.
W las abuelas que mercen tan bello homenaje!!
!!Hola Martin!!
Besos
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