Despertó como de costumbre… Un bostezo enorme sobre su rostro
reflejaba lo mal que había dormido esa noche.
Otra vez los sueños… Y esos pensamientos letales que acompañaban
la memoria de lo poco que podía recordar… Siempre lo mismo,
la misma historia, los mismos rostros… Y finalmente, los mismos
pensamientos subsumidos…
Las situaciones se fragmentaban en algunas imágenes visuales,
algunos discursos, y algunos juicios, que al fin de cuentas no sabia
si los modificaba o no.
A penas comenzaba a abrir la boca para el bostezo, y a veces hasta
antes, su pensamiento estaba ahí, latente, manifiesto como expresión
psíquica e inteligible.
Ella sabía que había alguna relación directa entre la naturaleza de lo
más intimo de su ser y lo confuso de sus sueños… Y eso la inquietaba.
Perdida entre almohadones y sabanas blancas, en sus noches todo era
intenso, diferente. Los sueños la perseguían, y ella ya los consideraba
los guardianes del dormir…
5 comentarios:
Lindo texto Martín!
Y como siempre amigo, un placer leerte.
Un beso.
Qué angustioso, Martín, con guardinaes de ese tipo no sé como podría conciliar el sueño.
Tu prosa excelente y el tema muy bien llevado, incitando a la pesadilla de vigilia.
Me ha gustado muchísimo.
Besos
Hola, cuñado.
Fijate en esta dirección, una poesía para Sofía.
De una amiga.
http://cadamaestrilotienesulibrillo.blogspot.com/2011/03/la-bailarina-sofia.html
Un abrazo.
Alicia
Martín, soy Rosario, me alegro que te gustara la poesía de Sofía, tienes una niña lindísima.
Ya he visto la fotografía que tienes de ella pero con luz, también me gusta mucho.
¿Qúién hace esas preciosidades?
Con tu permiso te seguiré.
Un abrazo fuerte desde mi Librillo.
me ha gustado mucho este relato... los sueños son como vivir otra vida paralela, dura unas horas pero es intensa y realista aun cuando es surrealista y desconcertante...lastima despertarse de los buenos y un verdadero alivio salir de los malos!
un abrazo!
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