Su cuerpo descubría sabanas blancas en medio
de un estupor que estampaba una mezcla de
frescura empapada en serenidad… Lo cierto
es que sus años dejaron marcas que
insoslayablemente sucumbían en aquellos días
de hospital… Pase por unos de los lados de su
cama, y como esos destellos que a veces suelen
ocurrir, vislumbre la increíble luz que parecía
despechar aquel rosario que seguramente alguien
habría dejado con quien sabe que plegaria
divina…
Colgado allí, parecía abrirse tanto al alma,
que no tuve ojos, solo corazón…
Una oración, y otra, y otra; Un rosario cargado
de magia dispuesto a saber develar el mas
perfecto de los tesoros: El poder y la esencia
de la verdad…