lunes, 18 de octubre de 2010

JUSTO PARA VOS.

El sol acaricia mi ventana con esos rayos tenues de las primeras

primeras horas de la mañana. Yo, sentado en mi escritorio justo

en frente, dejándome acariciar por el dulce encanto de quienes

tienen algo para decir… La radio encendida, mate amargo,

cenicero y cigarrillos, lápiz y papel… Y como un soñador

misterioso me dejo sorprender por lo que escribo, justo para vos…

Perdido entre las letras de esas hojas en blanco que de a poco se

repletan, sólo me empiezan a contar… Las melodías acuden a mí,

y yo me dejo llevar…

Rodeado por ese olor a libros a mí alrededor, me inspiran las ganas

de saber que no estoy solo, y que siempre hay mas para decir, justo

para vos…

Me amenazan las ideas y no me sueltan hasta que las dejo libres,

escritas por ahí, listas para que vos las recojas en algún lugar, en

algún instante…

Éste soy yo, el mismo que se pierde por los caminos de la vida,

el que camina, el que se detiene, el que avanza, el que llora,

el que ríe; Pero por sobre todo, el que escribe, justo para vos…