martes, 3 de marzo de 2009

SENTIRSE MUJER...

Por las noches se sumergía a su mudez,

miraba el cielo, unía las estrellas y dibujaba

en el firmamento cuanto deseo se le venia a la mente…

Deseos, siempre forjados deseos…

Aprendió a crecer con esas cosquillitas en su interior,

es que la pureza de su alma se refleja en su mirar…

Siguió creciendo y su cuerpo dejo de mostrarse niño,

hasta que un día no pudo más, sentía que la realidad

lo castigaba tanto, hasta el punto de no saberse

reconocer…

El estigma de su ser lo atormentaba, la soledad

y la tristeza quemaban todos y cada uno de sus deseos…

Un día despertó, se delineo las cejas, se rasuro las piernas,

se puso algo de rubor, y decidió comenzar a transitar

su propio destino; Tacones altos y tantas faldas

como entraran en su placar… Comenzó el más fuerte

y peligroso de sus deseos…

Fue avergonzado, maltratado, mirado como pecador,

discriminado, pero aun así decidió seguir siendo él…

Y entre tantas esquinas, tantas calles, tantos caminos,

comenzó la oportunidad de sentirse autentico, conoció

la posibilidad de hacer su mejor deseo realidad:

Sentirse mujer